Relación entre la alimentación y la ansiedad

La isodieta

Sin importar el plan de alimentación que cada persona sostenga en su vida cotidiana, tanto si se trata de dietas proteicas, con base en vegetales y frutas, entre otras alternativas, la realidad es que hay una relación entre la ansiedad y la alimentación.

Las pautas dietéticas y los problemas de salud

Es muy factible que determinados problemas de salud puedan mejorar en la medida en que una persona adopte ciertas recomendaciones dietéticas. En ese sentido, las investigaciones recientes se enfocan en estudiar la alimentación y el estado de ánimo.

Dieta saludable

Teniendo en cuenta lo anterior, aunque algunos expertos sugieren que ciertas personas deben aprender a convivir con la ansiedad, también se apunta que ciertas modificaciones en el estilo de vida son un elemento necesario para contar con una gran ayuda. La alimentación es una de ellas.

¿Cuál es la relación entre la alimentación y la ansiedad?

El trastorno por ansiedad generalizada en ocasiones es una enfermedad incapacitante, que a su vez es muy frecuente. A grandes rasgos, resalta por la aparición del miedo y de una preocupación excesiva respecto a eventos o problemas comunes.

De esta manera, la ansiedad se va a encontrar acompañada por palpitaciones, síntomas físicos, opresión en el pecho, tensión muscular o dificultad para concentrarse. En ciertos casos, es una situación que afecta de manera evidente las relaciones laborales, sociales y personales.

Los estudios científicos recomiendan pensar en que la nutrición óptima puede conseguir mejores resultados de salud mental. De este modo, una de las propuestas es la adopción de una dieta del estilo mediterráneo, en donde hay prioridad por el aceite de oliva, frutas, verduras, frutos secos y pescado.

Técnicas de descanso

Por otro lado, la relación es negativa entre la alimentación y la ansiedad si se trata de una dieta occidental. El inconveniente principal es que es una forma de alimentación con cada vez más adeptos, en especial entre los adolescentes. Su característica principal es la presencia de comida rápida, dulces, alimentos fritos, carne procesada, harinas refinadas y pocos vegetales.

Asimismo, algunos científicos explican que la capacidad de ciertos alimentos para crear un ambiente prooxidativo e inflamatorio es otra de las variantes para considerar, sin pasar por alto la carencia de nutrientes básicos y positivos como los folatos, zinc y el magnesio.

Más allá de las explicaciones que se puedan plantear, es claro que la alimentación influye en la salud mental y el estado de ánimo de las personas, por lo cual es necesario cambiar ciertos patrones alimentarios para la mejora de los síntomas.

Síntomas de una persona que se preocupa demasiado por las cosas

Moderar consumo de azúcar

En las dietas de perder peso, se menciona cada vez más la importancia de la salud mental, para que se puedan obtener los resultados deseados. En ese orden de ideas, surge entonces la discusión respecto hasta qué punto es sano para una persona preocuparse.

La preocupación y los seres humanos

Sin ningún tipo de duda, se puede afirmar que la preocupación es una parte constitutiva de la naturaleza humana. En otras palabras, si una persona no se preocupa, tampoco existe interés por cuidarse. Ahora bien, el inconveniente resulta cuando esta preocupación se da en exceso, por lo cual va a representar un malestar constante y muy intenso.

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¿En qué momento preocuparse es un problema?

La capacidad que tenemos como seres humanos, se caracteriza por ser adaptativa de acuerdo con las situaciones. Sin embargo, cuando resulta ser constante y muy intensa se puede clasificar como un problema. Es decir, hay una paradoja entre algo que es funcional para nuestra protección, pero que termina por ser perjudicial.

Igualmente, se debe pensar en el motivo de la preocupación. Por tanto, no está mal sentirse de este modo cuando hay un peligro real, aunque si se trata de un trastorno y de un sentimiento sin algún motivo aparente, hay que prestar más atención.

En un caso que sea muy severo, las preocupaciones en exceso van a causar malestar físico, que de modo típico se puede representar en la ansiedad. Preocuparse por una situación que no ha ocurrido es un limitante y es a su vez un síntoma muy evidente de una conducta ansiosa.

Además de lo anterior, las personas con este tipo de condición, tienden a presentar patrones de pensamiento acelerado y de carácter catastrófico. Un ejemplo muy común en la vida cotidiana, es el estudio para un examen pensando con antelación que se va a reprobar

Modos de identificar a una persona que se preocupa demasiado

  • Si hay una tendencia a adelantarse a las situaciones y de forma negativa.
  • Si se encuentran dificultades para llevar a la práctica soluciones.
  • Cuando se analizan los problemas en exceso, por lo cual sólo se puede tener como resultado la angustia.
  • Si existe una poca tolerancia ante la incertidumbre.
  • Un problema grave es la dificultad para diferenciar entre lo posible y lo probable.
  • Una cierta tendencia a considerar que las circunstancias que ocurren en su vida están motivadas o conducidas por un control externo, como la suerte o el azar.