Entre las enfermedades no transmisibles más peligrosas para el mundo actual, no cabe ninguna duda que la diabetes ocupa uno de los primeros puestos. En ese orden de ideas, aunque se esté trabajando por consolidar un plan con base en dietas para adelgazar, lo cierto, es que el plan de alimentación también debe responder a este tipo de asuntos en materia de salud.
Un ejemplo de lo anterior, es que, para la fecha, se estima que sólo en España hay aproximadamente 6 millones de diabéticos, lo que nos invita a todos a pensar tan rápido como sea posible en medidas para regular la glucosa.
¿Cómo regular la glucosa y prevenir la diabetes?
Las observaciones han demostrado que hay una línea muy delgada entre un nivel elevado de glucosa en la sangre o prediabetes y la presencia de la diabetes. Al respecto, hay que tener en mente que impedir que esto suceda está en nuestras manos, motivo por el que se invita a todos a descubrir esos alimentos que se tendrían que evitar para la regulación de la glucosa.
Por otro lado, cuando hay una alteración en el control de la glucosa es factible que se provoque hiperglucemia o hipoglucemia. En el momento en que se ingieren hidratos de carbono se incrementa el nivel de glucosa en la sangre. A causa de lo anterior y con este aumento, el páncreas secreta insulina para que las células utilicen esa glucosa.
Si hay un exceso de insulina, la glucosa va a descender por debajo de 70 mg/dl y se va a dar una hipoglucemia.
En términos generales los expertos en salud suelen mencionar que son tres pilares básicos los que se deben tener en mente para la regulación de la glucosa en la sangre, así que preste mucha atención a: la dieta, la insulina circulante y el ejercicio físico.
Por otro lado, teniendo en cuenta que siempre se deben implementar medidas complementarias, la regulación de la glucosa también hace que sea necesario gozar de un excelente control en la alimentación y que se vayan estableciendo hábitos saludables en el día a día de la persona. Por ejemplo:
- Beber alrededor de 2 y 2.5 litros de agua todos los días.
- Establecer horarios para la ingesta de comidas.
- Realizar como mínimo 40 minutos de ejercicio moderado al día.
- Siempre leer el etiquetado de los alimentos y tomar decisiones conscientes.
- No permitir que pasan más de 4 a 5 horas entre comidas.
- Mantener una dieta controlada grasas saturadas.