Bien sea que se cumpla con dietas de batidos u otro tipo de programas de alimentación para el control del peso, siempre es importante tener en cuenta que para lograr los resultados deseados, la alimentación es la clave para adelgazar.
En este caso, nos concentramos en compartir una serie de recomendaciones para disminuir la cantidad de calorías en los platos, y de esa manera lograr un impacto en el proceso que se mantenga para controlar el peso que en verdad sea efectivo.
Más verduras y frutas frescas para disminuir las calorías
La recomendación en este caso es tan sencilla como hacer todo lo posible por ir reemplazando esos alimentos que hacen parte de la alimentación cotidiana que no son tan beneficiosas para el cuerpo, por frutas y verduras frescas.
Si se quiere, se puede plantear que es una idea para engañar al cerebro. Además de lo anterior, al distribuirlas en un plato, se va a ver una comida muy voluminosos y colorida, lo que la hace más atractiva para cerebro, con la ventaja de su aporte en minerales, fibra, vitaminas, entre otros.
Evitar los alimentos precocidos y congelados
Para reducir la cantidad de calorías en la alimentación cotidiana es necesario tomar muy en cuenta este consejo. Lo cierto es que muchas personas le suelen dar prioridad a este tipo de opciones para comer, debido a su practicidad y rapidez.
Ahora bien, hay que considerar que estos productos son industrializados y desde el primer momento en que sean los seleccione, hay que recordar que son una fuente de grasas malas, azúcares y sodio que además de impactar de manera negativa la salud, se van a convertir en un exceso de calorías para el organismo.
Nada de frituras para reducir las calorías en la dieta
Es casi una movida mencionarlo en la actualidad, pero en ocasiones se tiende a olvidar este asunto. Igualmente, hay que agregar que en el momento en que se fríen los alimentos, los mismos van a perder propiedades, minerales y vitaminas, con la desventaja de sumar calorías al usar grasas para su cocción.
Cuidar los aceites que se usan para la alimentación habitual
Una excelente decisión son los aceites crudos y puros como el aceite de oliva. De todos modos, cuando se los usa para cocción se vuelven dañinos, motivo por el que lo ideal es que sólo se utilicen para condimentar platos y ensaladas.
En cualquier caso, todo elemento graso debe ser consumido con moderación, sin importar lo natural que sea.