En las dietas de perder peso, se menciona cada vez más la importancia de la salud mental, para que se puedan obtener los resultados deseados. En ese orden de ideas, surge entonces la discusión respecto hasta qué punto es sano para una persona preocuparse.
La preocupación y los seres humanos
Sin ningún tipo de duda, se puede afirmar que la preocupación es una parte constitutiva de la naturaleza humana. En otras palabras, si una persona no se preocupa, tampoco existe interés por cuidarse. Ahora bien, el inconveniente resulta cuando esta preocupación se da en exceso, por lo cual va a representar un malestar constante y muy intenso.
¿En qué momento preocuparse es un problema?
La capacidad que tenemos como seres humanos, se caracteriza por ser adaptativa de acuerdo con las situaciones. Sin embargo, cuando resulta ser constante y muy intensa se puede clasificar como un problema. Es decir, hay una paradoja entre algo que es funcional para nuestra protección, pero que termina por ser perjudicial.
Igualmente, se debe pensar en el motivo de la preocupación. Por tanto, no está mal sentirse de este modo cuando hay un peligro real, aunque si se trata de un trastorno y de un sentimiento sin algún motivo aparente, hay que prestar más atención.
En un caso que sea muy severo, las preocupaciones en exceso van a causar malestar físico, que de modo típico se puede representar en la ansiedad. Preocuparse por una situación que no ha ocurrido es un limitante y es a su vez un síntoma muy evidente de una conducta ansiosa.
Además de lo anterior, las personas con este tipo de condición, tienden a presentar patrones de pensamiento acelerado y de carácter catastrófico. Un ejemplo muy común en la vida cotidiana, es el estudio para un examen pensando con antelación que se va a reprobar
Modos de identificar a una persona que se preocupa demasiado
- Si hay una tendencia a adelantarse a las situaciones y de forma negativa.
- Si se encuentran dificultades para llevar a la práctica soluciones.
- Cuando se analizan los problemas en exceso, por lo cual sólo se puede tener como resultado la angustia.
- Si existe una poca tolerancia ante la incertidumbre.
- Un problema grave es la dificultad para diferenciar entre lo posible y lo probable.
- Una cierta tendencia a considerar que las circunstancias que ocurren en su vida están motivadas o conducidas por un control externo, como la suerte o el azar.