La circulación de las piernas es un asunto relevante para la salud de todas las personas, pero sobre el que no siempre se presta la atención suficiente. Al respecto, hay que mencionar que sí se debe cuidar de esta condición como medidas para la prevención de problemas en las venas. En otras palabras, no sólo se trata de cumplir con una dieta saludable.
La importancia de la circulación de las piernas
Una vida sedentaria es sinónimo de poco movimiento y en la mayoría de los casos de hábitos que son poco saludables. Lo mejor para cuidar de la salud es tomar medidas de prevención y una de ellas es velar por una buena circulación de las piernas.
El primer elemento por resaltar, es que en la sangre va a estar llegando a las extremidades desde el corazón, para luego retornar por las venas. Ahora bien, para quien lo anterior suceda se necesita del movimiento de las piernas, pues son los músculos los que actúan como una bomba que impulsa la sangre. Lo anterior se denomina como circulación de retorno. Si una persona permanece quieta por mucho tiempo se va a correr el riesgo de desarrollar una enfermedad en las venas.
Ahora bien, hay que resaltar que no se trata de ir a un gimnasio o de cumplir con una rutina de ejercicios muy exigente. En realidad, con la realización de unos ejercicios básicos va a ser más que suficiente.
Ejercicios básicos para mejorar la circulación
Como se ha mencionado en los párrafos anteriores, son muy básicos los ejercicios para la mejora de la circulación, lo cual es una ventaja para que sean incorporados en la rutina diaria. Los que se propone que sean considerados por usted son:
- Caminar – La recomendación general es que las personas caminen 30 minutos todos los días. De todos modos, hay ocasiones en las que no es posible, por lo cual con un poco de caminata el interior de la vivienda puede ser más que suficiente.
- Saltar la cuerda – Es un ejercicio que además tiene la ventaja de quemar muchas calorías y de movilizar varios sones principales del cuerpo. Se sugiere que sean 15 minutos de saltos, aunque si aún existe la costumbre, puede ir incrementando el esfuerzo paulatinamente.
- Movimientos sencillos – Si lo anterior no es posible, se pueden destinar 30 minutos en el día para estirar las piernas, hacer flexiones de los dedos, andar de puntillas o hacer sentadillas.