Existen costumbres o hábitos que por sus características o por el tipo de efecto que tienen en el cuerpo, son una trampa para bajar de peso, es decir, son un obstáculo para que las personas logren garantizar que su itinerario de alimentación o de realización de ejercicio en verdad sea efectivo.
Es por lo anterior que en este caso como parte de los consejos para bajar de peso que suministramos para todos los interesados, que nos dedicamos a resaltar aquellos malos hábitos que hacen subir de peso y no todas las personas lo saben.
Comer en un plato grande
Un inconveniente con algunas dietas, corresponde con indicar que un alimento es beneficioso para adelgazar, pero no se especifica en qué cantidad, lo que sin lugar a dudas puede significar una trampa.
Además de lo anterior, si se combina esta situación con tener unos platos de gran tamaño, lo normal es que se coma una cantidad mayor, cuando en realidad no es necesario.
Lo interesante de lo anterior, es que las investigaciones han comprobado que las personas suelen comer todo aquello que está en el plato, porque así es como se nos ha educado. Por lo tanto, si el recipiente es de un gran tamaño, se va a comer de más.
Dormir muy poco o mal
El estrés y el insomnio son dos factores asociados que a su vez son los peores amigos de una dieta para bajar de peso. Las observaciones han encontrado que entre menos se duerme, más se quiere comer. Esto no sólo se debe porque se permanece más tiempo despierto, sino porque el cuerpo requiere de descanso para poder restablecerse y por ende recuperarse de lo hecho durante el día.
Otro dato interesante, es que el metabolismo energético, al igual que la producción de determinadas hormonas vinculadas con el sueño y la vigilia, podrían ser los culpables de siempre tener hambre.
No desayunar o saltarse el desayuno
Por la creencia equivocada que al saltarse el desayuno se están ahorrando calorías para el cuerpo o que en su defecto no se dispone del tiempo suficiente para su preparación, esta es una idea que se ha extendido en la sociedad.
Lo cierto, es que el desayuno es la comida más importante del día, más que nada porque pone fin con un ayuno de más de ocho horas tras el período de descanso.